“Que no despierte mi pequeñito, que no despierte del dulce sueño”
PRISCILA ROSAS HERRERA
El documental herederos de Eugenio Polgovsky, retrata la realidad de millones de niños en México, a mi parecer me parece un excelente trabajo, porque siempre hablamos de los obreros en las fabricas, pero no volteamos a ver que también los niños forman parte del proceso productivo, alejados en las montañas, los niños y niñas de este documental nos demuestran su fortaleza para luchar, pues considero que ellos luchan para poder tener que comer, a pesar del intenso trabajo que desempeñan para su corta edad, el trabajo de sol a sol debería ser transformado en una vida digna, para su sano desarrollo, sin embargo no es así, en esta cinta podemos observar como los niños ayudan a sus padres, ya sea a sembrar, arar la tierra, en los quehaceres del hogar, cortando leña, pintando, haciendo tabiques, cosechando jitomates, chiles, ejotes y también hilando rebozos, etc. los trabajos que estos pequeños desempeñan son diversos, en la montaña la edad no importa, todos, hombres, mujeres, ancianos y niños trabajan por igual.
Lo que no puedo entender y es lo que mas indignación causa en mi, es ver como estos infantes trabajan arduamente, por ejemplo, cosechando en grandes extensiones de tierra, cargando leña, para la creación de los tabiques, y a pesar del sacrificio que ellos hacen, a pesar de entregar su infancia y su vida al trabajo, sus condiciones de vida no mejoran y jamás lo harán si seguimos dándoles la espalda, ignorándoles al sentir que esto no es parte de nuestra vida.
Ahora considero que no es el capital el que los destruye, si no el trabajo, ese que nosotros tanto anhelamos para sentirnos útiles, sé que este es parte del capitalismo que muchos llaman salvaje, pero a los niños no les sirve que usemos términos sociológicos, lo que ellos necesitan es que de una vez por todas hagamos algo para evitar que esto siga sucediendo, la justicia parece no existir en estos lugares que no nos son lejanos, no podemos seguir indiferentes ante estos hechos, debemos y tenemos la obligación de luchar no nada mas por nosotros sino también por ellos. Un niño no puede o más bien no debería realizar ningún tipo de trabajo, no hay nada más injusto que arrebatarle a un niño su derecho a ser feliz, a crecer sin obligaciones, a reír; pero la ambición capitalista no respeta esos derechos, pues para poder mal comer es necesario que todos en la familia trabajen.
Cuando nosotros compramos algo nunca imaginamos que hay detrás del objeto y el documental de Herederos nos muestra que detrás puede haber niños sin sueños, nunca pensamos que el tabique con el que esta construida nuestra casa fue hecha por manos de niños, o el rebozo que llevamos puestos o las verduras que están en nuestra mesa fueron cosechadas también por ellos.
Estos niños son herederos del trabajo, de la miseria, del olvido, de la explotación, cuando lo que deberían heredar es felicidad, una vida sin preocupaciones, no un futuro incierto si no uno que les asegure el desarrollo de su potencial, por esta razón es que como sociólogos debemos adquirir el compromiso de hacer algo por ellos, es nuestra responsabilidad y si no es nuestra entonces de quién, si nosotros que tenemos las posibilidad de abrir nuestra mente, de dejar el engaño no hacemos nada, nadie mas lo hará, por esto y por otras injusticias que acontecen es que debemos luchar.
“Que no despierte mi pequeñito, que no despierte del dulce sueño” un fragmento de la canción que se escucha al inicio del documental, a mi parecer una excelente forma de decir que los niños no deberían vivir la realidad que viven, no deberían despertar únicamente para ser explotados, que no despierten para que les arrebaten sus sueños, que no despierten y abran los ojos nada mas para entregar su fuerza al capital, que despierten si, pero para buscar la libertad.
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