METROPOLIS.

Isaías Peralta Vélez



Metrópolis es una ciudad donde se encuentran capitalistas y obreros viviendo en niveles diferentes de las capas internas de la tierra. En la superficie vive la gente acaudalada o dueños de la ciudad, es decir, los capitalistas; debajo de ellos, descendiendo hacia el centro de la tierra, se encuentran las máquinas, y, muy por debajo de estas, se encuentra la ciudad de aquellos que logran hacer funcionar el mundo en la superficie: la ciudad de los obreros. Con esta división de la vida humana, representada en dos ciudades distintas que se encuentran en diferentes niveles de la tierra, podemos observar que la separación de clases en Metrópolis deja de ser un esquema teórico en forma de pirámide y se convierte en algo totalmente visible y tangible, pues los que más tienen, pero que a la vez es menor su población, viven arriba, es decir, en la superficie o punta de la pirámide, mientras los que menos tienen, o nada tienen, -claro, más que su fuerza de trabajo- pero que su población es mayor, se encuentran muy por debajo de la superficie de la tierra, en la base de la pirámide.



Los obreros se ven agotados, con la cabeza agachada que representa la resignación y el cansancio que sienten al ir y venir de una jornada laboral extenuante de diez horas, jornada tan agotadora que cuando el hijo del "amo de metrópolis" se inmiscuye y se pone a hacer el trabajo de uno de ellos, implora, levantando la mirada; " padre, padre, nunca imaginé que diez horas pudieran ser esta tortura". Tortura, no hay palabra más exacta para describir lo que significa el trabajo para estos obreros. Trabajo repetitivo hasta el desmayo; hasta la muerte.



Donde se encuentra la gran maquinaria, lo obreros caen desmayados de cansancio, lo que provoca accidentes mayores, pues estas máquinas están acomodadas al estilo fordista, es decir, acomodadas de tal forma para que cada obrero repita una sola tarea, la cual es sólo una parte del producto final, pero interconectadas estas tareas individuales en un gran sistema de producción, se logra que concluyan el producto. De tal manera que cuando un obrero cae, hace que las tareas de los demás obreros, que se encuentran interconectadas por una máquina, se atrasen o hace que se descomponga la máquina y cause accidentes mayores, para lo cual el "amo de Metrópolis" dice sin mayor asombro, cuando su hijo le comenta de un accidente que vio en el piso de máquinas -el cual lo dejo atónito- "ese tipo de accidentes son inevitables". El padre toma esta actitud ya que no le importa realmente lo que pase con los obreros, mientras él y su familia se encuentren bien, claro, mientras no falle nada en la superficie; parafraseando a Marx, él nos dice que no nos damos cuenta de que algo que utilizamos tiene un trabajo previo hecho por el hombre hasta que falla y creo que esto es lo que pasa con el "amo", pues mientras todo esté bien y en orden, a él no le importará cuantas vidas se pierdan debajo de sus pies, en el cuarto de máquinas. Actitud tan reproblable pero que, sin embargo, se reproduce desde que la gran industria existe como tal, hasta nuestros días. Por lo tanto no veo, a diferencia de algunos de mis compañeros, que esta película sea tan futurista como ellos lo mencionan, de hecho la veo bastante realista, y, más aún, cuando el inventor, del cual he olvidado el nombre, crea lo que llama "obreros del futuro: hombres máquina", es decir, "máquinas a imagen del hombre, pero que nunca descansan ni cometen errores", y gracias a esto, más adelante menciona; "ya no necesitamos trabajadores". Ello se asemeja más aún a la realidad, porque la máquina desde siempre se ha insertado en el proceso capitalista de producción para sustituir la mano de obra humana dentro de este proceso -de hecho de esto depende, según Marx, si queremos saber si una máquina es productiva o no, o que tan productiva es-, pues, como bien dijo el inventor, ésta no se cansa ni comete errores, y, agregaría, no necesita vacaciones, ni se va a huelga. Por otro lado, observo que no solamente es un reflejo de la realidad humana industrializada, sino, en especial, un reflejo de la actualidad, pues nos encontramos en un periodo en donde se están creando máquinas que sustituyan lo único que todavía la quedaba al hombre, el razonamiento, es decir, se están creando esos hombres máquina que observamos en la película, los cuales están relegando al hombre del trabajo, por ello algunos anuncian, como Riftz, que estamos llegando a la etapa del "fin del trabajo".



Para concluir, me gustaría exponer una frase, mencionada por María al final de la película, la cual creo que contiene uno de los mensajes principales que nos deja ésta. La frase dice: " No puede haber entendimiento entre las manos y el cerebro, a menos que el corazón actúe de mediador". Esta frase nos deja las puertas abiertas para dar una solución al problema existente entre las clases sociales antagónicas, pues representa al obrero, que son las manos, y al capitalista, que es el cerebro, a los cuales les dice que se necesita del corazón para que estos dejen de tratarse como animales y empiecen a tratarse como hermanos, para que empiece a existir un entendimiento entre las dos partes, cuestión muy complicada pero no imposible, porque si todos tratáramos a los demás con el corazón, es decir, como hermanos, como seres humanos, como iguales, otro mundo sería éste, viviríamos en otra realidad humana.





0 comentarios:

Publicar un comentario