La caverna: Un reflejo de la realidad.

Isaias Peralata Vélez

Esta es una novela que nos hace reflexionar sobre el modo de vida que llevamos a través de la historia de un alfarero llamado Cipriano Algor, ya que podemos observar que éste es un artesano el cual no cabe en un mundo donde la producción en masa domina el mercado, pues es desplazado por una empresa que fabrica loza de plástico a menor precio de lo que lo hacía el alfarero. Esto es lo que  pasa a lo largo de la historia del capitalismo, a saber, el desplazamiento de artesanos por fábricas que producen más a un precio menor, lo cual obliga a los artesanos a, por una parte, ampliar sus jornadas de trabajo para así poder competir con las fábricas las cuales imponen el tope de producción, y, por otro lado, los que no pueden competir con la enorme producción y precios bajos de las fábricas, se les fuerza a dejar sus trabajos para insertarse en estas, donde se les paga lo que el capitalista desee, dependiendo de -como dicen estos- la oferta y la demanda de la fuerza de trabajo en el mercado laboral.

Por otra parte, algo que me llamó mucho la atención en este libro es la descripción del camino que va desde el taller, y casa del alfarero, hacia el llamado "centro", porque este es un reflejo de lo que pasa en varias ciudades del mundo y en especial en la ciudad de México, pues al entrar a ésta, por ejemplo, cuando llegamos por Puebla, en primer lugar, nos encontramos con el cinturón agrícola o "verde", seguido del cinturón industrial, después con las "chabolas", es decir, casas construidas por cualquier tipo de material que pueda cubrir del frío y la lluvia a la gente que vive en ellas de forma precaria, las cuales se encuentran a la orilla de la ciudad y se van recorriendo, porque no desaparecen, a medida que va creciendo el "centro", o la ciudad en este ejemplo, que es el punto final del trayecto.

También nos describe cómo en los centros comerciales se maneja el valor de uso y el valor de cambio, y qué es lo que hacen esos centros para elevar estos valores sin que la clientela se de cuenta de ello, y así lograr que siga el consumo de sus mercancías sin reclamo alguno. Éste es otro aspecto en el cual Saramago refleja la realidad en su literatura, pues nos menciona, parafraseando un análisis hecho por Cipriano Algor, que el secreto de esos "centros" reside en crear e impulsar en el cliente estímulos y sugestiones suficientes para que los valores de uso se eleven progresivamente en su estimación, paso al que seguirá ,en poco tiempo, la subida de los valores de cambio, impuesta por argumentos falsos presentados con agudeza por parte del productor, a un comprador al que le fueron retirando poco a poco, sutilmente, las defensas interiores que resultaban de la conciencia de su propia personalidad, esas que antes, si es que alguna vez exisitó un antes intacto, le proporcionaron  una cierta posibilidad de resistencia y autodomionio. Entonces, podemos observar que lo que hacen en general los centros comerciales es ésto: suben sus valores de uso, por lo tanto, suben sus valores de cambio y, por medio de la argucia de los productores, se manipula a los clientes para que estos sigan consumiendo sin resistencia alguna a pesar de la elevación de estos valores.

Otra práctica que es un espejo de la realidad en esta obra, es el monopólio del "centro" sobre todos sus distribuidores y/o productores, un monopólio que los asfixia de tal manera que no los deja si quiera tener otros clientes fuera del "centro", es decir, hace que los productores dependan enteramente de su demanda, y así éste se convierte, partiendo de obligar a sus productores a que firmen algún tipo de contrato de exclusividad de venta, en su único cliente, rompiendo con ello la ley del libre mercado. Menciono que es un reflejo porque así es como los grandes centros comerciales hacen hoy en día a los productores de diversas mercancías, puesto que les obligan, si quieren que les compren sus productos, y más aún siendo pequeños productores, a vender sus mercancías sólo a sus tiendas sin dejar espacio para que estos productores puedan venderlas en otros sitios; con esto hacen que los productores dependan enteramente de la oferta y la demanda interna de alguna tienda o centro comercial en particular y no de la demanda en el mercado como tal. Para sostener este argumento pongo como ejemplo cuando mi padre trabajaba de distribuidor de zapatos, y la cadena de zapaterías llamada "3 hermanos" le exigía la exclusividad de venta y le aseguraban la compra de sus productos por 12 meses, con lo cual no dejaban que vendiera sus productos a otras zapaterías. Pero no sólo eso, sino que de repente a los seis meses le podían suspender el contrato y todo lo que ya habían producido para venderles los seis meses rentantes se les quedaba y, aunque trataban en ese momento de vender a otras tiendas, era muy dificil que les comprasen todo lo que ya habían producido, pues la mayor parte de estas zapaterias eran pequeñas y no les compraban la misma cantidad de mercancía, por lo tanto, se tenían que deshacer de la producción restante o buscar otras opciones, tales como rematar sus productos a menos de la mitad del costo real o simplemente regalarlos.

A manera de conclusión, puedo decir que ésta novela es una visión crítica y particular de la  continua relación capital-trabajo, así como una reflexión de la vida misma, es decir, es una novela la cual está muy apegada a lo que pasa actualmente en el mundo -como se puede ver a lo largo de este escrito con los ejemplos anteriormente redactados-. Si queremos cambiar esta situación necesitamos modificar nuestra propia forma de vivir, pues de otra manera estaremos destinados a morir dentro de esta lóbrega caverna, "atados a un banco de piedra y mirando una pared",[1] donde nuestros brazos, piel, huesos y ser, se van a ir disolviendo en las manos del capitalismo. Así ocurrirá hasta que poco a poco nos llegue la muerte y nos despoje del último aliento, sin que podamos hacer algo por detenerla. Por esto es necesario reflexionar, y más que nada actuar, para quitarnos esas ataduras y cambiar así nuestro destino; para poder salir de esa caverna que consume nuestra esencia.

1. Saramago, José, La caverna,trad.Pilar del Rio, ed. Santillana, México, 2009, p. 399. 

1 comentarios:

Trabajo y Organizacion Social dijo...

Me parece bueno el comparativo que haces de la ciudad de México a Puebla, lograste ilustrar la novela a la perfección, te dejo al parecer una buena reflexión esta lectura pero ¿Cómo cambiarias tu forma de vivir? Cierto tendríamos que hacerlo pero ¿De que forma? Aunque te diré que cambiando aunque sea la visión y forma de vida de una persona (la tuya) es un buen inicio y una gran contribución.

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