Para empezar la película no me agradó. No encuentro ningún mensaje. La película narra una vieja historia, cuentos que son de todos sabidos, con influencia de algunas tradiciones orientales, como la conexión de todos los seres vivos y cosas por el estilo. En fin, para el final, hay un héroe y tiene una novia y viven felices por siempre y los malos pierden. No es mi objetivo hacer una reseña de la película.
La situación está de la siguiente manera. Al más puro estilo de petroleras norteamericanas, un grupo de humanos llega a un planeta llamado Pandora en donde buscan extraer un elemento, que al parecer, guarda inmensa energía interna. Intentan mover a un grupo de aborígenes que viven cerca de donde se encuentra el elemento. La organización de los humanos en el planeta es conocida: un estilo de base militar al servicio de quienes quieren extraer el elemento. Así que por principio, lo que está moviendo la película es el mercado. Del otro lado, un grupo de aborígenes, cuya organización es comunitaria, están en conexión espiritual con la naturaleza (por eso mencionaba que siguen tradiciones orientales) y tienen una deidad totalmente tangible que se expresa por medio de otras vidas. No sabemos si tenían comercio, lo que sí sabemos, es que tienen una estructura jerárquica al más puro estilo prehispánico. Existe un soberano, una persona que jugaría el rol de el mago o chamán siberiano, quien interpreta las cosas metafísicas y un dirigente de guerra.
Se llega a la guerra. En esa película y obviamente en nuestro mundo, existe una constante guerra, un constante conflicto. Esos conflictos responden a la condición natural del hombre, como afirma Nietzsche, por imponer su voluntad sobre el otro, el origen del poder, que tiene como base la fuerza. La voluntad de poder implica el interés por sí misma de acrecentarse y mantenerse por medio de múltiples aparatos. Así es que humanos y habitantes de Pandora lucharon en guerra física. Aborígenes con armas que nosotros diríamos rústicas, usando su tecnología y los humanos usando sus máquinas. Ganaron los aborígenes, es decir, el hombre le gana a la máquina.
Otro aspecto importante es la aparición de 3 personajes humanos como parte de un equipo. Incluye al héroe, a una doctora y a otro personaje, obscuro, que sabía todo el manual, pero que de manera burda diríamos que no tenía el talento para ser el héroe. Me llama la atención que sean 3, a manera de un aparato psíquico. El héroe, traído al mundo por dos seres abstractos, humanos y habitantes de Pandora; una doctora, que podría ser la personificación del superyo y el yo, lo más simple, sería su compañero. El héroe siempre es el ello freudiano, es lo que no podemos y queremos ser. Es impresionante que desde las lecciones de Carlyle sobre el héroe hasta los estudios de Rank, debemos de inventar un héroe al cual rendirle culto. Y en la película se presenta su calidad de ello de manera evidente. Es un marine, acostumbrado a no pensar y sí actuar, y para agudizar el carácter, está inválido, es decir, un "yo" completo. Cuando se mete en su Avatar, despliega toda su caracterización de "ello", comienza a realizar todas las cosas que no podía en su estado de "yo". Después, como identifico a la doctora como el "superyo", se legitima la teoría de que las sociedades deben de tener reglas y normas. Al invitarla a la comunidad, nuestro héroe decide que su "superyo", es decir, su estructura normativa debe seguir con él, pero después muere. Este rasgo está presente en muchas situaciones donde pudiéramos identificar antropomórficamente un aparato psíquico.
El "superyo" muere, ¿morirá en verdad? Aunque su personificación muere, le comenta que Eywa, la divinidad sí existe y entramos de nuevo en la voluntad de poder, que utilizando el recurso de la divinización, acrecienta el dominio sobre los grupos sociales. Después de morir, él asume otra estructura de valores, jamás se aleja de ellas, de hecho necesitaba morir aquel "superyo" para que la lucha por su nuevo sistema de valores fuera pleno. Ocurre, por lo que vemos en esta película, que cuando el ello logra escapar al superyo, pondrá en conflicto sus sistema moral, y se decidirá si matarlo o no. Esos sistemas morales, son tal vez el fundamento del conflicto, pues la moral necesita intereses, de otra manera, no existiría, y tal vez esos intereses sean comerciales..... alguien gana como buena película hollywoodense.
Y los que ganan se quedan con el territorio. Algo similar a lo que pasa ahora. Gana E. U. y se queda con los territorios. Es solo una cuestión de poder, cuestión del ciclo que vivimos y que por cierto está llegando a su fin. Las ideas de buenos y malos están muy por debajo de lo que acontece en un mundo cambiante, lleno de conflictos y de guerras, que a veces (muchas veces) tienen su punto final, en la defensa de un sistema comercial.
Gerardo Martínez-Trujillo
0 comentarios:
Publicar un comentario