Isaías Peralta Vélez
Éste es un documental donde nos exponen de manera magnífica algunas de las diferentes formas de explotación del trabajo humano, pero principalmente del trabajo infantil, que existen alrededor de México —en lugares como Nayarit, Veracruz, Sinaloa y otros más—. Estas formas de explotación no dudo que se reproduzcan en otras partes del mundo, pues estamos viviendo en una era de globalización donde no sólo se trasladan a todo el mundo las formas económicas de organización capitalista, sino que junto con ellas se globalizan también las diferentes formas de explotación de la fuerza de trabajo, y, en especial, las diferentes formas de explotación de la fuerza de trabajo infantil.
Aquí podemos observar que la única herencia que les dejan los padres y los abuelos que trabajan en el campo a los llamados “herederos”, es decir, a los hijos y nietos de estos, es la explotación; pues así como aquellos, los “herederos” no son dueños de nada más que de su fuerza de trabajo, y desde muy pequeños —desde los 5 ó 6 años— empiezan a laborar en el campo, esto es, si quieren seguir viviendo. En el documental también podemos ver como el trabajador del campo sigue siendo explotado de igual manera que hace más de doscientos años, pues observamos cómo la gente grande ya está muy cansada, sin embargo, siguen trabajando, claro que no al mismo ritmo que los más jóvenes, pero lo siguen haciendo; así como que los niños pequeños llevan a cabo las mismas tareas que sus familiares de mayor edad, es decir, observamos que actualmente existen familias enteras siendo explotadas por igual, no importando edad ni sexo, de la misma manera que hace más de doscientos años. De esta manera, logramos darnos cuenta que la explotación en los diferentes campos mexicanos es la misma desde hace más de dos siglos, pues cuando observamos a los más viejos junto con los más jóvenes bajo las mismas condiciones inhumanas de trabajo y, claro, sin ningún tipo de seguridad social, nos podemos percatar que la historia sigue su curso sin que se traduzca en mejores condiciones de vida para los trabajadores del campo, o, por lo menos, en la eliminación de la explotación del trabajo infantil y femenil, porque como nos lo muestra el video, ésta sigue siendo una forma de explotación latente y frecuente en los campos mexicanos.
Por otra parte, este video nos lleva a repensar lo que realmente importa hoy cuando hablamos de los menores de edad, pues en muchos medios de comunicación —periódicos, televisión, internet— estamos viendo que se discute, con respecto a ellos, si las parejas gay pueden adoptarlos a no —cuestión superflua a mi parecer— y el tema que se debería poner en discusión es el cómo desaparecer del campo mexicano la explotación del trabajo infantil, porque en muchas partes de México siguen existiendo menores explotados y viviendo en paupérrimas condiciones de vida, cuestión siempre de suma importancia. Niños mueren en el campo diariamente por no tener las condiciones necesarias para vivir, mientras nosotros, acostados en el sillón, leemos los periodicos, vemos la televisión y nos preguntamos si los niños pueden ser adoptados por matrimonios gay, evadiendo el tema de las muertes infatiles en el campo.
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