Reflexión: "La caverna" (José Saramago)

En la presente reflexión, no quisiera narrar nuevamente la historia escrita por José Saramago: me propongo hacer reflexiones en términos generales del libro, así como recupero un fragmento de la novela, pensamientos e ideas que en la historia pertenecen a Cipriano Algor.

La primera cuestión tiene que ver con el ámbito de la producción. El artesano que produce lo hace con herramientas simples, incluidas sus manos. Puede convertirse en proveedor de algún “centro”, siempre y cuando no se pida un aumento exagerado en la productividad, ni que haya un descenso considerable en sus precios. Ya que esto sólo puede ser obtenido mediante la fabricación en masa.

En el caso del artesano que crea vasijas, loza, vasos, figurillas como Cipriano Algor, ya ni siquiera se le plantea como una posibilidad, puesto que existe alguien más que ha llegado a ofrecer un producto de tal magnitud, con materiales mucho más económicos, pero el producto ahora esta hecho por máquinas. Lo que por otro lado ocurre, es que quienes consumen ese producto manufacturado, otorgan un valor de uso mayor, lo que permite elevar el valor de cambio. En el consumo aparentemente se concluye el proceso de acumulación, pero aún se concluye desde mi punto de vista desde el mismo momento en que la mano de obra o fuerza de trabajo está asegurada y puesta en marcha, pues ésta no estaría de no ser que lo que el trabajador produce, crea, alcanzará la esfera de la distribución, circulación y consumo.

En este sentido, podríamos seguir con otro nivel de análisis. La producción mecanizada representa por un lado la sustitución de la mano de obra humana, y para los más optimistas una forma de facilitar el trabajo. Ésta ultima cualidad difícilmente es posible hallarla bajo el modo de producción capitalista, ya que cuando la fuerza de trabajo es sustituida por la máquina, una parte de los obreros permanece, ya sea como operadores, encargados de mantenimiento de las máquinas, supervisión, etc. pero otra parte de los obreros que antes operaban con herramientas o máquinas más simples aún dentro de la fábrica, o bajo la forma gremial ya no encuentra espacio para ocuparse y conseguir los medios de subsistencia que deben ser buscados en el mercado.

Se experimenta en el mismo proceso, la descalificación de la mano de obra, y cada vez la fuerza de trabajo requerida es menos especializada. Lo cual permite al patrón pagar el trabajo muy por debajo de lo que podríamos considerar precio real. Así, la plusvalía se obtiene de manera relativa. De modo que la lógica que impera, tiene que ver con el tiempo, en cuanto menos tiempo sea posible producir una mayor cantidad, se sigue la lógica de racionalidad del capital, que no sólo se limita al ámbito de la producción. Ésta lógica se expande, forma un nudo, invade o intenta invadir todas las dimensiones de la vida social.

Por otro lado, quisiera dirigir la reflexión a “las palabras”. “…las propias palabras, que no son cosas, qué solo las designan lo mejor que pueden, y designándolas las modelan, incluso las que sirvieron de manera ejemplar, suponiendo que tal pudiera suceder en alguna ocasión, son millones de veces usadas y otras tantas desechadas...” *

Las palabras se inscriben en un marco de “entendimiento común”, que verdaderamente no designan ni las cosas, ni los pensamientos, ni las ideas en su totalidad. Las palabras funcionan como abstracciones; el hombre ha perdido esa capacidad de conexión que se tiene con el otro, que al mismo tiempo es uno mismo, son uno en especie, en colectividad. No existe en verdad un canal de comunicación. Poco a poco este se va perdiendo y resulta lejana otra forma de concepción del mundo y de organización de la vida. La vida se transforma y adquiere importancia en función de lo externo al hombre.


“–Es algo muy complejo-continuó ella-.Como… No. No es la organización de su mundo aunque está relacionado con su civilización. Es algo…-se concentró aún más-algo tan increíble que no sé cómo explicárselos… Bueno, hacen sonidos para comunicarse entre sí; por eso les resulta tan difícil comprenderse.
-Pero, Madre, los sonidos no pueden interferir la conexión.
-Ese es el problema Wis. Ellos no tienen conexión.” *


Se hace cada vez más urgente, el desarrollo espiritual. Encontrar lo que la vida es, su significado real. Pero para que éste pueda ser construido es necesario alcanzar un nivel de conciencia social, la cual permite tener una visión más amplia y clara del mundo, y sobre la cual el hombre puede actuar y construir formas de convivencia verdaderamente concientes. Hace falta que el ser humano se reconozca como tal.




*Saramago José, La Caverna, Editorial Santillana, colección Punto de lectura, México, 2006. p. 185.
*Chaviano Daína, Níobe. En Crónicas del mañana, 50 años de cuentos cubanos de ciencia ficción. Editorial Letras Cubanas, 2008. p. 73


Carlos Arámburo Muro

1 comentarios:

Trabajo y Organizacion Social dijo...

Me parece bien que hayas decidido no repetir la lectura, aunque siento que te falta un poco de congruencia en tus reflexiones, inicias muy inspirado en algunos párrafos y cuando los vas a terminar quedan inconclusos. ¿Cómo lograr el nivel de conciencia social y cual sería esa conciencia social que planteas en tu reflexión final? ¿Cómo se podría reconocer el ser humano como tal?

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