Alternativas de organización social, pensadas desde lo local.

Carlos Arámburo Muro

"El acorazado Potemkin": Película que retrata la insubordinación de los marineros de un barco ruso en vísperas de la Revolución de Octubre. La rebelión no aparece como un hecho aislado en toda Rusia, sino que responde a las condiciones de trabajo y de vida que experimentan tanto los obreros en las fábricas como los marinos en los barcos.

En realidad es una revuelta contra el trabajo asalariado, y contra las condiciones depauperantes a las que se enfrentan los operarios en el acorazado. La comida esta cruda, descompuesta, no es posible consumirla, los abusos sexuales forman parte de estas condiciones, la humillación del hombre y el autoritarismo ejercido por los jefes y capitanes provocan el levantamiento.

Se trata en síntesis, de uno de los movimientos sociales del siglo XX, confirmando que el ser humano hace la historia, que es capaz de transformar su realidad, es capaz de crear condiciones a partir de la organización y accionar en el momento preciso para modificar su contexto y sus condiciones de vida.

La pasividad que hoy en día se observa se debe a un desenamoramiento con la revolución social; sigue apareciendo para muchos la institucionalización de la lucha de clases como una salida a las relaciones de explotación y dominación inherentes a la lógica del capital.

Siguiendo a Albert Camus, afirmamos que el hombre rebelde es un hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice si, desde el primer movimiento. La conciencia surge con la rebelión, que supone la afirmación del hombre como dignidad, como principio fundamental que nada ni nadie puede despojar.

Entonces es la rebelión constante el espíritu que mueve al hombre crítico, humanista y emancipador, previniendo de la tiranía en nombre de la libertad. Opone lo que es preferible a lo que no lo es.

Vemos, con las palabras anteriores que es necesaria la formación crítica de todos cuantos habitamos este mundo, esta actitud puede colaborar a hacer posible formas de organización social alternativas, donde no haya exclusión. La crítica debe realizarse en colectivo, puede comenzar como un movimiento individual, sin embargo, se hace necesaria la participación comunitaria, pues es a partir de ella como se construyen los acuerdos.

Es cada vez más urgente la aparición de resistencias comunitarias, una lluvia de transformación radical en pequeños núcleos poblacionales, en busca de alternativas que permitan desarrollar una base productiva distinta a la que legitima la formación social capitalista.

Se trata, por tanto, de romper con la idea de la negociación de los derechos sociales, a través de las instituciones gubernamentales, y reconocidas por el Estado nacional. Debemos ignorar en colectivo esos intentos y construir con el ejemplo tipos de organización social locales que pongan en jaque a la economía capitalista. Este jaque, desde mi punto de vista no se consigue a partir de encontrar formas apoyadas en el ethos capitalista, no se trata de alcanzar una mayor tasa de ganancia o incrementar las utilidades, por el contrario, esas ideas deben ser deshechadas. Para la construcción de una nueva sociedad, la competencia individual debe ser considerada por los hombres críticos, como una fase atrasada en la evolución del pensamiento humano.

Las formas organizacionales anticapitalista, que encuentran traducción en movimientos tanto rurales como urbanos alrededor del mundo, no poseen una estructura rígida como la que combaten. Una constante de estas organizaciones alternativas debe ser la propiedad común con énfasis en la repartición y el uso de los recursos hacia las necesidades inmediatas del colectivo. Por otro lado, los esquemas de representación de intereses en el colectivo, no debe relegarse a una clase, debe originarse desde la comunidad en resistencia; debe ampliarse críticamente la concepción de la sociedad democrática, incluso es factible la creación de una normatividad común al grupo humano, diferente a la legislación que se encuentra dentro del marco Estatal.

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