“La ciencia ficción no ha conseguido superar a la realidad”. Esta idea es la que a lo largo de este trabajo intentaré desarrollar, ya que esto constituye una reflexión surgida a raíz de la proyección de la película “Avatar”, la cual pareciera estar hablando de lo que en un futuro el ser humano podría intentar una vez que el espacio en la Tierra se acabe con el fin de extender el capital, éste entendido como relación social, más allá del planeta. Lo que en la película se plantea no es nuevo, es parte de la historia por la que ha atravesado la humanidad, y que muchas veces ha sido ignorada. Los “humanoides” que en la cinta aparecen no distan mucho de aquellas culturas cuya concepción de la vida y el mundo no son las impuestas por el mundo de las mercancías, y que han resistido las fuertes embestidas del capital.
El análisis que aquí se realiza, utiliza como eje principal el colonialismo y sus nuevas formas, intentando comprenderlo como un proceso atravesado por el conflicto, la lucha, la violencia, la resistencia y la reproducción de las relaciones sociales que se construyen en dicho proceso.
Busco también hacer una reflexión respecto a la forma como nos es transmitida la historia, como es entendido el papel de los grupos humanos cuya organización social parece ser más sensible a la condición humana.
El colonialismo desde mi punto de vista se trata de un proceso histórico, que intenta negar la propia historia. Es decir un proceso que en el momento de llevarse a cabo profana lo sagrado, produce lo que Marx definía como vaciamiento.
La lógica que impera en la mentalidad colonialista califica toda forma de organización social como “irracional” cuando ésta le es ajena. Los gobiernos y élites dirigentes que penetran en un territorio que aún no es declarado como independiente ni reconocido así por la comunidad internacional, hacen un mayor uso de tácticas hegemónicas y tecnologías militares que les permiten arrasar con la comunidad que ahí habita.
Sucede entonces el despojo, no solo del espacio vital, de la naturaleza, de la tierra, sino todo el significado cultural que esto posee en las sociedades donde la forma de organizar la vida colectiva tiene un sentido mas “humano”; si entendemos por “humano” todo aquello que constituye al hombre y todo lo que el hombre mismo crea. Esto es una visión del mundo que involucra la relación primera del hombre como colectividad con la naturaleza. La naturaleza se presenta entonces como fuente de vida.
Cada cultura asigna significados a los elementos naturales. Por ejemplo, en la mayor parte de las culturas indígenas que se han intentado exterminar, la “Madre Tierra” constituía un significado de vida inagotable, ya que incluso en el momento de la muerte se entendía esta como el tránsito a otro nivel de la vida. El espíritu del hombre volvía a esta gran fuente primera.
Actualmente es posible encontrar en América Latina restos de estas culturas que parecen tendientes a desaparecer pues no siguen la lógica de socialización y racionalidad que el capital intenta imponer, se trata de culturas sometidas, cuyo único interés parece ser, es evadir esas formas de politicidad que le son ajenas. Pues esas formas que intentan imponérseles para organizar la vida colectiva paradójicamente implican cada vez menos participación de la colectividad. Así por ejemplo la politicidad del ser humano es enajenada a través de elecciones libres supuestamente democráticas basadas en la elección individual. Donde supuestamente la sociedad elige a sus representantes cuando en realidad lo que los candidatos representan son los intereses de su partido, y de quienes están involucrados directamente con ellos.
Al mismo tiempo, el globo terráqueo se encuentra dividido oficialmente en Estados-nación “independientes” producto en cierta medida de las luchas anticoloniales que emprendieron los pueblos. Sin embargo la forma del Estado Nacional no es resultado de estas luchas. Se trata de procesos mucho más complejos y que deben ser analizados en cada caso específico, el estudio de uno solo de los casos podría bien constituir una investigación bastante extensa, y no es el objetivo del presente trabajo.
Lo que me interesa hacer notar es que al no poderse realizar intervenciones en los términos del colonialismo propiamente dicho, aparecen formas como el neo-colonialismo que resulta ser una representación del imperialismo en su etapa final, quizá la mas peligrosa.[1]
Con esto quiero decir que la ocupación y la invasión de naciones poderosas como Estados Unidos sobre otras que no cuentan con los recursos militares como para ejercer resistencia hayan dejado de existir. Por el contrario se agudiza esta intervención, ya sea con el estandarte de la democracia, con el de la paz, o que decir de la lucha contra el terrorismo que combaten con más terror. Lo que sucede ahora ya no es sólo que las tropas del poder imperialista puedan ocupar un territorio del estado neo-colonial y controlar su gobierno. Más a menudo sucede que el control neocolonialista sea ejercido mediante medidas económicas o monetarias[2].
Ahora, ya no sólo el territorio está en juego, privan otros intereses superiores: los intereses del mercado, de la ganancia, de la especulación financiera y la explotación de la mano de obra directa. De hecho las fronteras dejan de existir, se globaliza el capital, pero también la violencia, el despojo, la información, lo único que no se globaliza y no tiene una libre circulación aún siendo mercancía, es la fuerza de trabajo que se circunscribe a un país o bloque económico como en el caso de la Unión Europea.
La competencia crece por obtener el monopolio de las grandes corporaciones y empresas que incluso son dirigidas por los propios gobiernos, así en nombre de empresas o de directores de empresas, naciones poderosas logran instalarse en países donde la mano de obra será sometida y abaratada, explotando al máximo dichas condiciones y creando al mismo tiempo espacios ilusorios de naciones desarrolladas en lugares con alto índice de desigualdad social:
“…barracones de madera y charcos de aguas estancadas flanqueaban las calles. Aquellas frágiles viviendas parecían barcas varadas en un cenagal. El olor a aguas corrompidas y a podredumbre invadió el habitáculo del coche, al que seguía una patulea de críos barrigones, Cuando nos detuvimos se congregaron a mi lado llamándome tío y mendigando unas monedas….-Ahora veremos el otro lado- dijo Fidel-. Yo tengo pase oficial y usted es ciudadano americano, así que podemos entrar…La opulencia del lugar era increíble: grandes edificios blancos, céspedes primorosamente segados, casas espléndidas, campos de golf, comercios, salas de cine….Aquí todo es propiedad estadounidense….”[3]
La Historia
Lo que entonces se vuelve preocupante es la violencia que ha estado presente a lo largo de la historia y cómo esta aumenta constantemente. No debemos olvidarnos de la historia y de cómo ésta se va construyendo, no nos dejemos persuadir por las versiones oficiales de batallas, personajes, acontecimientos que al final nos resultan ajenos y distantes.
Preocupémonos por escuchar las voces silenciadas de las clases y grupos subalternos que también hacen historia. No se trata de hacer una historia desde abajo ni tampoco desde arriba sino intentar reconstruir como han sido los procesos atravesados por la violencia, la resistencia, el conflicto, los choques culturales. Intentemos ver más allá de lo que se nos presenta, busquemos en fuentes que no parecieran tener valor sólo por no estar reconocidas por alguna institución, propongámonos hacer historia.
Por lo anterior, y sólo ha modo de complemento he decidido citar lo siguiente:
“…Vinieron siguiendo a los que andaban en barcas. Cuando llegaron cerca de ellos, luego se dejaron ir en su contra, se acercaron a todas las casas….Cuando hubieron preparado los cañones lanzaron tiros a la muralla. Al golpe la muralla quedo llena de grietas. Luego, se desgarró, por detrás se abrió. Y al segundo tiro, luego cayo por tierra: se abrió a un lado y otro, se partió quedó agujerada…”[4]
Lo anterior es un fragmento que narra desde la voz de los indígenas cuando el desembarco de los españoles. Si se quiere puede compararse con lo acontecido en la película “Avatar” cuando los nativos se ven atacados por armas desconocidas para ellos. Entonces observamos que la realidad de la historia no esta muy distante de lo que se nos presenta como ciencia ficción.
Lo que es importante comparar en este caso, es que la narración arriba citada sucede cuando los intereses colonialistas tienen que ver con la explotación de la mano de obra nativa mediante la extracción del oro, así como la obtención de territorio que en esos años representaban el poderío de un imperio, contrario a la lógica actual, donde ya no importa la extensión del territorio sino lo que se pueda hacer en él, en este caso la instalación de empresas que generen aún más riqueza mediante la especulación financiera y la explotación del trabajo vivo.
Pero no perdamos de vista que aún cuando gran cantidad de indígenas fueron asesinados durante la conquista también participaron en la construcción de una comunidad política en la llamada Nueva España, que fue organizada de manera distinta a la que antes había e incluso distinta a la que imperaba en la monarquía española. Pero esto sólo fue posible construirlo en la lucha.
Por otro lado, a modo de conclusión citaré un párrafo de Edgar Morin, del libro: “Educar en la era planetaria”, buscando hacer énfasis en el exterminio de culturas milenarias y acudiendo al término de era planetaria trabajado por Morin:
“El desarrollo de las civilizaciones urbanas/rurales ignoró y luego destruyó esa humanidad. Las sociedades históricas en su expansión rechazaron a las sociedades arcaicas, empujándolas a la selva y a los desiertos, donde los futuros exploradores y buscadores, pertenecientes a la era planetaria, aun no constituida, los descubrirían para cazarlos y aniquilarlos. Esas sociedades históricas fueron despiadadas con todo lo prehistórico, nada de aquella sabiduría milenaria fue asimilada, todo fue exterminado”[5].
[1] Nkrumah K. Neo-colonialismo. Ultima etapa del imperialismo. Siglo XXI editores. Mexico D.F. 1966.p.3
[2] Op.cit.
[3] Perkins John, Confesiones de un gángster económico. La cara oculta del imperialismo americano. Editorial Tendencias, España 2004. p. 107.
[4] León Portilla Miguel. Visión de los vencidos. UNAM, México D.F. 1980. p. 106
Ver también cantos tristes de la conquista. p.166
[5] Morin Edgar, Educar en la era planetaria, Editorial Gedisa, Barcelona 2006, p. 82
El análisis que aquí se realiza, utiliza como eje principal el colonialismo y sus nuevas formas, intentando comprenderlo como un proceso atravesado por el conflicto, la lucha, la violencia, la resistencia y la reproducción de las relaciones sociales que se construyen en dicho proceso.
Busco también hacer una reflexión respecto a la forma como nos es transmitida la historia, como es entendido el papel de los grupos humanos cuya organización social parece ser más sensible a la condición humana.
El colonialismo desde mi punto de vista se trata de un proceso histórico, que intenta negar la propia historia. Es decir un proceso que en el momento de llevarse a cabo profana lo sagrado, produce lo que Marx definía como vaciamiento.
La lógica que impera en la mentalidad colonialista califica toda forma de organización social como “irracional” cuando ésta le es ajena. Los gobiernos y élites dirigentes que penetran en un territorio que aún no es declarado como independiente ni reconocido así por la comunidad internacional, hacen un mayor uso de tácticas hegemónicas y tecnologías militares que les permiten arrasar con la comunidad que ahí habita.
Sucede entonces el despojo, no solo del espacio vital, de la naturaleza, de la tierra, sino todo el significado cultural que esto posee en las sociedades donde la forma de organizar la vida colectiva tiene un sentido mas “humano”; si entendemos por “humano” todo aquello que constituye al hombre y todo lo que el hombre mismo crea. Esto es una visión del mundo que involucra la relación primera del hombre como colectividad con la naturaleza. La naturaleza se presenta entonces como fuente de vida.
Cada cultura asigna significados a los elementos naturales. Por ejemplo, en la mayor parte de las culturas indígenas que se han intentado exterminar, la “Madre Tierra” constituía un significado de vida inagotable, ya que incluso en el momento de la muerte se entendía esta como el tránsito a otro nivel de la vida. El espíritu del hombre volvía a esta gran fuente primera.
Actualmente es posible encontrar en América Latina restos de estas culturas que parecen tendientes a desaparecer pues no siguen la lógica de socialización y racionalidad que el capital intenta imponer, se trata de culturas sometidas, cuyo único interés parece ser, es evadir esas formas de politicidad que le son ajenas. Pues esas formas que intentan imponérseles para organizar la vida colectiva paradójicamente implican cada vez menos participación de la colectividad. Así por ejemplo la politicidad del ser humano es enajenada a través de elecciones libres supuestamente democráticas basadas en la elección individual. Donde supuestamente la sociedad elige a sus representantes cuando en realidad lo que los candidatos representan son los intereses de su partido, y de quienes están involucrados directamente con ellos.
Al mismo tiempo, el globo terráqueo se encuentra dividido oficialmente en Estados-nación “independientes” producto en cierta medida de las luchas anticoloniales que emprendieron los pueblos. Sin embargo la forma del Estado Nacional no es resultado de estas luchas. Se trata de procesos mucho más complejos y que deben ser analizados en cada caso específico, el estudio de uno solo de los casos podría bien constituir una investigación bastante extensa, y no es el objetivo del presente trabajo.
Lo que me interesa hacer notar es que al no poderse realizar intervenciones en los términos del colonialismo propiamente dicho, aparecen formas como el neo-colonialismo que resulta ser una representación del imperialismo en su etapa final, quizá la mas peligrosa.[1]
Con esto quiero decir que la ocupación y la invasión de naciones poderosas como Estados Unidos sobre otras que no cuentan con los recursos militares como para ejercer resistencia hayan dejado de existir. Por el contrario se agudiza esta intervención, ya sea con el estandarte de la democracia, con el de la paz, o que decir de la lucha contra el terrorismo que combaten con más terror. Lo que sucede ahora ya no es sólo que las tropas del poder imperialista puedan ocupar un territorio del estado neo-colonial y controlar su gobierno. Más a menudo sucede que el control neocolonialista sea ejercido mediante medidas económicas o monetarias[2].
Ahora, ya no sólo el territorio está en juego, privan otros intereses superiores: los intereses del mercado, de la ganancia, de la especulación financiera y la explotación de la mano de obra directa. De hecho las fronteras dejan de existir, se globaliza el capital, pero también la violencia, el despojo, la información, lo único que no se globaliza y no tiene una libre circulación aún siendo mercancía, es la fuerza de trabajo que se circunscribe a un país o bloque económico como en el caso de la Unión Europea.
La competencia crece por obtener el monopolio de las grandes corporaciones y empresas que incluso son dirigidas por los propios gobiernos, así en nombre de empresas o de directores de empresas, naciones poderosas logran instalarse en países donde la mano de obra será sometida y abaratada, explotando al máximo dichas condiciones y creando al mismo tiempo espacios ilusorios de naciones desarrolladas en lugares con alto índice de desigualdad social:
“…barracones de madera y charcos de aguas estancadas flanqueaban las calles. Aquellas frágiles viviendas parecían barcas varadas en un cenagal. El olor a aguas corrompidas y a podredumbre invadió el habitáculo del coche, al que seguía una patulea de críos barrigones, Cuando nos detuvimos se congregaron a mi lado llamándome tío y mendigando unas monedas….-Ahora veremos el otro lado- dijo Fidel-. Yo tengo pase oficial y usted es ciudadano americano, así que podemos entrar…La opulencia del lugar era increíble: grandes edificios blancos, céspedes primorosamente segados, casas espléndidas, campos de golf, comercios, salas de cine….Aquí todo es propiedad estadounidense….”[3]
La Historia
Lo que entonces se vuelve preocupante es la violencia que ha estado presente a lo largo de la historia y cómo esta aumenta constantemente. No debemos olvidarnos de la historia y de cómo ésta se va construyendo, no nos dejemos persuadir por las versiones oficiales de batallas, personajes, acontecimientos que al final nos resultan ajenos y distantes.
Preocupémonos por escuchar las voces silenciadas de las clases y grupos subalternos que también hacen historia. No se trata de hacer una historia desde abajo ni tampoco desde arriba sino intentar reconstruir como han sido los procesos atravesados por la violencia, la resistencia, el conflicto, los choques culturales. Intentemos ver más allá de lo que se nos presenta, busquemos en fuentes que no parecieran tener valor sólo por no estar reconocidas por alguna institución, propongámonos hacer historia.
Por lo anterior, y sólo ha modo de complemento he decidido citar lo siguiente:
“…Vinieron siguiendo a los que andaban en barcas. Cuando llegaron cerca de ellos, luego se dejaron ir en su contra, se acercaron a todas las casas….Cuando hubieron preparado los cañones lanzaron tiros a la muralla. Al golpe la muralla quedo llena de grietas. Luego, se desgarró, por detrás se abrió. Y al segundo tiro, luego cayo por tierra: se abrió a un lado y otro, se partió quedó agujerada…”[4]
Lo anterior es un fragmento que narra desde la voz de los indígenas cuando el desembarco de los españoles. Si se quiere puede compararse con lo acontecido en la película “Avatar” cuando los nativos se ven atacados por armas desconocidas para ellos. Entonces observamos que la realidad de la historia no esta muy distante de lo que se nos presenta como ciencia ficción.
Lo que es importante comparar en este caso, es que la narración arriba citada sucede cuando los intereses colonialistas tienen que ver con la explotación de la mano de obra nativa mediante la extracción del oro, así como la obtención de territorio que en esos años representaban el poderío de un imperio, contrario a la lógica actual, donde ya no importa la extensión del territorio sino lo que se pueda hacer en él, en este caso la instalación de empresas que generen aún más riqueza mediante la especulación financiera y la explotación del trabajo vivo.
Pero no perdamos de vista que aún cuando gran cantidad de indígenas fueron asesinados durante la conquista también participaron en la construcción de una comunidad política en la llamada Nueva España, que fue organizada de manera distinta a la que antes había e incluso distinta a la que imperaba en la monarquía española. Pero esto sólo fue posible construirlo en la lucha.
Por otro lado, a modo de conclusión citaré un párrafo de Edgar Morin, del libro: “Educar en la era planetaria”, buscando hacer énfasis en el exterminio de culturas milenarias y acudiendo al término de era planetaria trabajado por Morin:
“El desarrollo de las civilizaciones urbanas/rurales ignoró y luego destruyó esa humanidad. Las sociedades históricas en su expansión rechazaron a las sociedades arcaicas, empujándolas a la selva y a los desiertos, donde los futuros exploradores y buscadores, pertenecientes a la era planetaria, aun no constituida, los descubrirían para cazarlos y aniquilarlos. Esas sociedades históricas fueron despiadadas con todo lo prehistórico, nada de aquella sabiduría milenaria fue asimilada, todo fue exterminado”[5].
[1] Nkrumah K. Neo-colonialismo. Ultima etapa del imperialismo. Siglo XXI editores. Mexico D.F. 1966.p.3
[2] Op.cit.
[3] Perkins John, Confesiones de un gángster económico. La cara oculta del imperialismo americano. Editorial Tendencias, España 2004. p. 107.
[4] León Portilla Miguel. Visión de los vencidos. UNAM, México D.F. 1980. p. 106
Ver también cantos tristes de la conquista. p.166
[5] Morin Edgar, Educar en la era planetaria, Editorial Gedisa, Barcelona 2006, p. 82
1 comentarios:
La forma en que haces de una breve reseña un ensayo me parece bien, es bueno que más que una narración o descripción de la película hayas relacionado lo históricamente conocido con lo que pasa en la película.
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