METROPOLIS.


Nuevamente el obrero, el trabajo y el capitalista hacen acto de presencia, una película que muestra casi la mayoría de las veces el desgaste de los obreros, los cuales eran sometidos a largas horas de trabajo, dejándolos sin fuerza alguna cuando está terminaba.

Se presentan dos mundos: el primero es ese en donde viven los trabajadores, evidentemente este carece de comodidades, es sucio, es mas se pueden comparar con catacumbas, a esta parte de la población los avances no figuran, todo es muy atrasado, solamente sirve de refugio para descansar después de la larga jornada laboral. Por otra parte tenemos la ciudad de los ricos, se distinguen claramente los avances, la modernidad ha plagado esa otra parte de Metrópolis, la tecnología puede encontrarse representada en aviones, radios, autos, cámaras, televisores, etc. Pero es para esta parte de la ciudad (donde reina la riqueza y la ignorancia por aquel otro mundo subterráneo) donde los trabajadores se desviven por cumplir y mantener su trabajo, trabajan para esta ciudad tan moderna y tan llena de comodidades.

Existe una parte en la película en donde el hijo de Fredersen ( dueño de la ciudad ) sale a la otra realidad, a la de los trabajadores y entonces toma conciencia de todas las injusticia sociales, incluso en un momento dentro de sus alucines, relaciona a la maquina como un “ devora hombres”, se los tiene que tragar para seguir funcionando, escena que ejemplifica perfectamente bien, como una maquina puede devorarse al hombre que le da vida, que la hace funcionar.

Existe también un científico, el cual inventa un robot para tratar de crear discordia entre los trabajadores y Fredersen, lo importa aquí es como el mismo hombre una vez que crea maquinas, para supuestamente conseguir su bienestar, poder y riqueza, también va creando un demonio que acabara paulatinamente con él y su propio mundo. Las maquinas como creadoras y asesinas de riquezas, poder y tecnología.


GUADALUPE MUÑIZ CASTRO.

0 comentarios:

Publicar un comentario