SOCIOLOGIA DEL TRABAJO EN AMERICA LATINA



Por Carlos Arámburo Muro


La sociología nace como disciplina intentando formarse como ciencia dadas las condiciones de aquella época, ciencia en el sentido de que el campo sociológico debía ocuparse de resolver cómo se mantiene el orden social, y por lo tanto la sociedad- entendida como un órgano vivo pero determinado por condiciones naturales e inmutables- sería su objeto de estudio. Se trataba en aquel tiempo de legitimar el “nuevo orden”, tras la caída del antiguo régimen.

Sin embargo esta concepción no fue aceptada por muchos, no porque se opusieran a lo que la sociología pretendía ser. Se trataba de un proceso mucho más complejo que rompía con la visión naturalista de la sociedad, pero que no la desparecería. Es así cuando se van ampliando las perspectivas, ideas, interpretaciones de la vida colectiva, aun cuando estas han existido a lo largo de la historia del hombre. Pero estas ideas, estaban enmarcadas en uno de los procesos más impactantes que la humanidad haya experimentado: la industrialización.

El proceso de industrialización tuvo lugar en Inglaterra (último cuarto del siglo XIX), con la incorporación de la máquina de vapor como símbolo de progreso. Este avance no concernía a todos los actores sociales de entonces. Se había incorporado una clase obrera improvisada por el capital mediante el despojo.. Pero al mismo tiempo se había formado una clase antagónica: la clase capitalista. Al igual que en el feudalismo, se sigue con una sociedad dividida en clases. Solo que ahora esta división se amplia, aparecen nuevos actores, de los cuales solo un pequeño grupo va a conducir la organización de la “nueva sociedad”; esta clase se diferencia de cualquier otra que hubiera podido existir hasta entonces, puesto que con ella se inscribe una forma de organización política denominada Estado, la cual supone, parafraseando al Dr. Jaime Osorio*, que la clase dominante, es decir, la capitalista, debe relegar el aparato administrativo del Estado o aparato estatal a otras clases o sectores de la misma sociedad para mantener el orden social, basado en la explotación y la acumulación de capital. Las clases dominantes que aparecen entonces son los capitalistas y los terratenientes, mientras que se crea una gran masa de fuerza de trabajo que se encargara de la producción de la riqueza social.

Quisiera dirigir este ensayo, analizando brevemente la perspectiva del trabajo desde la sociología, en América Latina y México. La sociología responde a una división propia de Occidente, es decir, a la parcelarización de las disciplinas, con el objetivo de acotar los estudios referentes a diversos temas, esto supone impartición del conocimiento contraria a la lógica de construcción del conocimiento, generando la fragmentación del mismo. Logrando en apariencia un estudio amplio de todos aquellos espectros de la vida social.

Es con el proceso industrializador, incorporado en Latinoamérica y México cuando empieza a adquirir centralidad el concepto de trabajo en los estudios sociales de la región, buscando explicar como se iba tejiendo una estructura productiva y a que intereses y lógicas respondía.

Han sido numerosos los estudios respecto al tema, algunos han optado por una visión funcionalista, algunos otros se han inclinado por teorías como las de la acción social o que decir de las visiones marxistas que en su tiempo fueron un boom, y que para algunos significo una ruptura de paradigmas. Al parecer ninguna de las teorías importadas ha logrado responder o dar explicación total a la realidad mexicana en particular.

Sin embargo, no deben ser culpadas, pues significan parte del desarrollo de la sociología del trabajo y del esfuerzo de diversos intelectuales por dar explicación y posibles soluciones reales para encontrar una salida a las formas de convivencia que oprimen y dominan al hombre. Responden a la producción del conocimiento en un contexto que le permite construir a partir de él.

Podríamos entonces tomar prestada la división que Lais Abramo* junto con Cecilia Montero* , hacen sobre la trayectoria de la sociología del trabajo en América Latina. Tal curso esta comprendido por tres étapas generales o contextos que permiten explicar en cierta medida el desarrollo del estudio del trabajo.

1. Modernización. Lo que se discutía eran las condiciones de surgimiento de una clase trabajadora “adecuada” al proceso industrial: llegaba la libertad de los hombres en su máxima expresión, por lo tanto había que convencerles de que el cambio mejoraría su vidas. Tal acondicionamiento, si deseaba tener éxito, necesitaba hacer uso de la imposición por los medios más brutales.

No sólo me refiero a los maltratos físicos expresados en duras jornadas laborales, con salarios bajos, sino a los que depauperan aún más al hombre, limitando su capacidad creativa al terreno de la fábrica.


2. Polaridad. Eran los tiempos duros de los golpes de Estado y dictaduras militares en América Latina. Se comenzaba a agudizar la crisis que había dejado el Estado benefactor con sus diversas facetas en la región, así como también se agudizaba el antagonismo de clases. Como efecto no solo el sector obrero comenzó a movilizarse sino también muchos otros movimientos sociales como el movimiento estudiantil en prácticamente todo el continente.

Lo que se discutía entonces en la sociología del trabajo eran las posibilidades de una reconstrucción de una clase trabajadora desorganizada y de un movimiento sindical fragmentado por los regimenes militares.


3. Discusión. Se experimentaban procesos de ajuste estructural y de la globalización de la economía. El vulgarizado “proceso de reajuste neoliberal”. Por un lado la sociología que se hizo desde las clases dominantes se volcaron sobre la recuperación de los sujetos, en lo que podríamos llamar una relación sociología-management. Sin embargo con la emergencia de los movimientos sociales críticos de la sociedad, y en especial con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en México, la sociología comprometida volteo la mirada a los grupos subalternos de la sociedad, encontrando en ellos salidas a las relaciones de explotación que en México y en el mundo imperan.

Finalmente es claro que aun cuando la sociología busca explicar la realidad social, con conceptos, categorías, teorías que surgieron en un contexto diferente de forma dogmática no logra entender bien a bien la realidad en otros contextos. Sin embargo cuando estas teorías son seleccionadas, no en su totalidad y con un sentido claro es posible realizar análisis y partir de conceptos y categorías que permiten darle lógica a lo que el autor propone, crea, inventa.

Es urgente que cada vez más los sociólogos de México y América Latina, propongan, escriban y busquen dar explicación a las múltiples realidades de la vida social. Pero sobre todo que actúen con la certeza de que el hombre hace la propia historia, rompiendo con la crisis de paradigmas actuales.


*Profesor investigador-Universidad Autónoma Metropolitana- unidad Xochimilco.Idea expresada en conferencia: “El Estado y su actualidad en México: cuatro visiones diferentes”. México, D.F. 11 de Febrero de 2010.

* Doctora en Sociología: en la actualidad trabaja en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sede Chile.

*Doctora en Sociología: Universidad de París VII, Investigadora del Centre d´ Analyses et d´ Interventions Sociologiques. CNRS, Francia.









2 comentarios:

Trabajo y Organizacion Social dijo...

Después de la narración anterior ¿Cuál sería tu reflexión o aportación para la Sociología del Trabajo?
Si pones nota al pie dales formato, no solamente uses asteriscos de colores. Pon las referencias completas.

Trabajo y Organizacion Social dijo...

NO ME HABIA SIDO POSIBLE ENCONTRAR EL FORMATO DE CITAS DENTRO DEL BLOG., ya que fue de los primeros trabajos. Los asteriscos fueron un intento por hacerlo, de lo contrario, no hubiera diferenciado ni siquiera por colores.

Mi reflexión efectivamente aparece: invito a realizar una lectura detenida para corroborarlo.(ver parrafo introductorio y últimos dos) De hecho no todas las ideas estan en los textos onsultados durante el curso., por lo tanto no la considero una narración. Lo que intenté desarrollar fue un ensayo de tipo histórico.

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