HEREDEROS

Carlos Arámburo Muro

El tema central de este documental es la organización de los procesos de trabajo en el campo dentro del territorio nacional. Quisiera por tanto dirigir esta reflexión sobre dos ejes, uno de ellos tiene que ver con la producción a destajo; otro que incluye un análisis breve de las herramientas utilizadas en el proceso de producción.

México es un país con vastas riquezas naturales, tierras fértiles, buenas cosechas y gente que las trabaja. La mayor parte de estas personas habitan en las zonas rurales del país, son de origen indígena y casi siempre han permanecido excluidos del proyecto nacional, pero no así del proceso productivo. Por tal motivo resulta interesante analizar su papel dentro de la economía nacional, así como las condiciones laborales a las que se enfrentan.

En principio, hay que recordar que a partir de la llamada modernización y el giro neoliberal en México, los principales blancos del proyecto fueron los productores independientes, campesinos y agricultores de México. Con la entrada en vigor del TLCAN la economía nacional se erosionó.

Mientras que la producción de alimentos en la agricultura y ganadería ocupaba un lugar primordial dentro de la distribución de alimento y consumo interno, y que parte de esa producción era destinada a la exportación, ahora nos enfrentamos a condiciones contrarias: los productos alimenticios provenientes del campo se han depreciado como efecto de los monopolios y trasnacionales agrícolas extranjeras que se han enriquecido por medio de la extracción desmedida de plustrabajo a los indígenas y pobres de México, que paradójicamente sólo puede ser producto de la desvalorización de la fuerza de trabajo.

Lo anterior tiene que ver con el primer eje de este análisis presentado en las líneas iniciales de esta reflexión, el trabajo o producción a destajo: las personas que “deciden” trabajar en la cosecha lo hacen a condición de aceptar el pago establecido por el patrón, no están en posición de negociar un salario. A todos, sin importar edad o sexo se les retribuye de acuerdo a la producción alcanzada en cada una de las jornadas de trabajo: lo que cada persona logre cosechar es pesado por una báscula supervisada por una o varias personas a efecto de registrar lo trabajado, y calcular la paga final.

Las condiciones bajo las cuales se trabaja en estos cultivos, son extremas. Altas temperaturas, poca oportunidad de descanso, trabajo monótono, individual, y baja paga. Si no se mencionan otras, como prestaciones sociales, es porque no existen. Las condiciones de contratación no están regidas por un marco legal legítimo. No existe posibilidad de negociación de cuotas, salarios, condiciones, retiros, jubilaciones y derechos sociales.

Tales circunstancias existen dentro de un contexto, el de la flexibilización laboral. Aunque en realidad el pago a destajo es una forma de acumulación que es posible hallar incluso antes de que la economía capitalista se materialice en una formación político social dominante.

El documental no se estanca en presentarnos únicamente las condiciones de la producción a destajo, sino que procura llevarnos a lo más íntimo de estos hombres, su cotidianeidad, así por una parte se nos presenta el trayecto que han de seguir diversos actores de la comunidad al salir de sus hogares en busca de los medios necesarios para su reproducción y la de sus familias y por otra su involucramiento en el proceso de trabajo.

Estos actores, no son únicamente adultos; los niños y niñas (trabajo infantil) de la comunidad participan activamente en el proceso productivo, ya sea en la “pisca” o al aventurarse en el bosque con el fin de conseguir recursos naturales para las tareas domésticas y el trabajo independiente, así como destaca su participación en la agricultura

Dado que en estas zonas no existe en realidad un avance industrial, el trabajo vivo se sirve de herramientas, unas simples, otras mecánicas, pero difícilmente es posible encontrar un alto nivel de tecnificación dentro de estas comunidades. Entre las herramientas ocupadas están machetes, cuchillos, cuerdas, arados, palas, cuya fuerza matriz es el cuerpo humano, existe aún en el ejercicio de trabajo una relación directa entre la herramienta y el que la manipula, contrario a la lógica industrial, donde el autómata define el ritmo y controla al hombre.

Incluso los animales pueden ser considerados como herramienta de trabajo en estas comunidades, tales como los bueyes o los burros, que aminoran tiempos de traslado de materiales pesados en grandes cantidades, como la leña, o también ocupados en el arado y siembra del maíz.

Finalmente, el documental no incluye todas las formas de organización en el proceso de trabajo en las zonas rurales del país, pero si lo hace en una zona, donde es posible observar, que dado el carácter de la propiedad de la tierra, los campesinos se han visto en la necesidad de vender su fuerza de trabajo. Así, esto puede ser considerado una consecuencia del despojo de tierras y un efecto negativo de la apertura comercial al exterior debilitando al productor directo y subordinando su voluntad en el quehacer cotidiano.

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