LA SOMBRA DEL CAUDILLO
PRISCILA ROSAS HERRERA
La película de Julio Bracho detalla la singularidad de las elecciones presidenciales en México de los años veinte; como el caudillo o el presidente del país elegía al que seria su sucesor, y todo aquel que significaba una competencia era eliminado de la escena electoral, si es que a esto se le puede llamar elecciones, pues la decisión ya estaba tomada de antemano por el Presidente en turno, su sucesor era el elegido y el que recibía todo su apoyo, todos esperaban ansiosos la hora del destape que revelaría al siguiente presidente de México.
La película nos muestra la manera sínica del gobierno de elegir por el pueblo mexicano, la democracia en esos años era únicamente una ilusión pues no existía, y por supuesto que en la actualidad sigue sin existir, claro que puede que sea menos sínica que antes, pero eso no quita el hecho de que la democracia sea inexistente, pues la democracia va mas allá de ir a votar, la idea equivocada de que esto es democracia ha sido implantada para hacer creer que en el capitalismo si existe la libertad de elegir a los gobernantes, pero la desdichada verdad es totalmente diferente, votar no significa que el pueblo sea escuchado; como ejemplo, la película, pues a pesar de que se llevaban a cabo elecciones, el Presidente ya había sido elegido y no precisamente por el pueblo.
El descaro de los gobernantes se expone en esta película cuando afirmaban que lo que hacían era a favor del pueblo, pero la realidad es que sus intereses pesan más que los intereses de sus gobernados. El control que ejercía el caudillo sobre los demás políticos era enorme, nadie se atrevía de contradecir sus decisiones y quien lo hiciera era callado para siempre, siendo una característica del presidencialismo; nadie tenía más poder que el Presidente, ni los diputados, ni los gobernadores eran autónomos en sus decisiones.
El presidencialismo y el gobierno de partido único estuvieron presentes en México hasta el año 2000, cuando supuestamente la democracia se hizo visible, democracia con sus limitantes y estrategias políticas, que no distan mucho del descaro político de los años anteriores.
El presidencialismo significó centrar las decisiones en una persona, absolutamente nadie podía contradecir las medidas tomadas, nadie podía juzgar o criticar la forma de gobernar del Presidente, las asuntos políticos eran absolutamente secretos, los medios de comunicación decían lo que el Presidente dictaba, es por eso que la Sombra del Caudillo fue vetada en el país, considerada como una “película maldita”, pues muestra los procedimientos nada claros para elegir al sucesor. Por supuesto que al igual que la democracia ilusoria que se vive, algunos medios de comunicación siguen transmitiendo únicamente lo que les conviene, con la diferencia que ahora pueden atacar al Presidente y al gobierno si algún dictamen les perjudica.
La sombra del caudillo ha quedado como una muestra de los procesos presidenciales de aquella época, donde el sucesor debía tener como característica, fidelidad al caudillo, al General Aguirre le costó tener como cualidad la ironía sin agresividad, pues desafío al caudillo y eso le quitó la vida.
1 comentarios:
Me parece que eres la segunda persona que realmente vio la película, a pesar de que hay partes que me suenan conocidas le das un toque personal…
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